lunes, 17 de marzo de 2014

Un mapa en blanco

 

Siempre me han gustado los mapas físicos. Con sus cordilleras, sus planicies, sus valles, sus lagos. Con esas sombras que acentúan el relieve y hacen que las montañas parezcan más altas. Hoy cuelgo un mapa nuevo en la pared. Un mapa físico de Europa.

Así que tengo un mapa en blanco, una caja llena de chinchetas de colores y todo un mundo por caminar. Voy a ir marcando tranquilamente los lugares que ya he visitado, recordando cómo me reí en Amsterdam aquel fin de semana largo en que apenas dormí, cómo lloré al ver nevar en el puente de Carlos en Praga, cómo me temblaban las piernas esperando en el aeropuerto de Barajas. Los hitos de una vida.

Acariciaré esas zonas del mapa en las que todavía no he podido clavar mis chinchetas, donde las bolitas de las ciudades me miran con ojitos tiernos esperando que las visite pronto. Pensaré en dónde voy a ir cuando por fin pueda a volver a hacer planes y pensaré también si me voy solo o me llevo a alguien. Tengo un mapa lleno de oportunidades. ¿Dónde voy a poner mi primera chincheta?

1 comentario:

Alex Pler dijo...

Tornar a començar... Una pàgina en blanc, molts records però sobretot tota la il·lusió. Espero que clavis moltes xinxetes!