Hay una leyenda urbana que dice que si
tomas Danacol sin tener colesterol te lo podría provocar. Como si fuera
un interruptor que activa el colesterol o lo apaga. Si ya está activado
y le das, te lo quita. Si está apagado y le das, te lo enciende.
La
vida está llena de interruptores y nosotros pasamos de largo sin darnos
cuenta de que están ahí. En ocasiones los tenemos en los morros y solo
hace falta dar unos pasos hacia atrás para tomar perspectiva y verlos. A veces sucede de manera literal: abres la boca y ahí está tu
interruptor.
Luego está el vértigo que nos invade a la
hora de pulsar botones. Con lo que cuesta encontrarlos, no iba a ser tan fácil
activarlos. Un ¡click! y ya estás en el otro lado. Debería ser sencillo, ¿no?
Sumire encontró el suyo en "Sputnik, mi amor" y lo pulsó.
Oyes la música. Sales a buscar de dónde viene. Sientes que estás empezando a temblar de miedo. Abres los ojos y sonríes. Sólo hacía falta darse cuenta de que ya habías pulsado el interruptor.
3 comentarios:
Click.
M'encanta el so que fa. Click. I tot encaixa.
Me hace muy feliz ver que has descubierto que hay más interruptores de los que parece. La magnitud del miedo a pulsarlos acostumbra a ser menor que la felicidad que aporta el haberlo hecho.
Tres recomendaciones:
Escucha SIN MIEDO y CON FUEGO (De Soraya).
Y tranquilo, puedes tomar tanto ACTIMEL como quieras. Sólo tienes que ir con cuidado con el DANACOL ;)
Click, i ja ha passat tot, Àlex :)
Oops... Quina cagada confondre el Actimel amb el Danacol, Jordi. Gràcies pels tres consells. Na, na, na, naaaa, na, naaaaa... :-)
Publicar un comentario