martes, 19 de agosto de 2014

Cruzando el bosque

Llegan las novedades mientras sacudes la arena de la toalla. Pequeños granitos que si los llevaras a casa acabarían formando una montaña gigante. Siempre has dicho que te gusta dejar la toalla bien lisa antes de ponerte cómodo. Copio tu idea una vez más y sonrío con la bolsa llena de chuches. Me hace ilusión y me halaga tu propuesta. Otra cosa que añadir a la emoción de ese lunes.

Luego llega un rápido chapuzón. El agua hoy está cristalina pero también muy movida. Unos chavales gritan, unos hombres lucen cuerpo, unos amigos ríen. Vigilas mi mochila y yo vigilo la tuya antes de volver con más novedades. Algunos creerán que lo que debías hacer es agarrarte para que no te arrastre la corriente, pero otros creeremos que soltar las manos y dejarse llevar ha sido el paso más honesto.

Como en una buena visita a las fiestas de Gràcia, no te puedes ir sin cruzar la calle de los zombies. No será casualidad que se haya plantado en la calle Progrés. Me retas a escribir algo bonito en este contexto, mientras los niños aún siguen llorando. Preferían la calle del año pasado, cuando todo eran dinosaurios. Ahora es un bosque lleno de monstruos pero también lleno de luz. Progreso, le llaman. Adelante.

1 comentario:

Alex Pler dijo...

Da miedo pero hay que cruzarlo. Y las manos de los zombies no te agarran. Por más que cueste creerlo, sobrevives y hay calles más luminosas al fondo.