martes, 26 de agosto de 2014

Silencios cómodos

Miradas que se cruzan, sonrisas que empiezan a dibujarse, suspiros. Mi nariz buscándote las cosquillas. Vuelves a mirarme. La luz ténue y azulada de la lamparita hace que tus ojos brillen aún más. Dices algo que el ruido de las aspas del ventilador no me deja escuchar. Melocotones con kiwis o algo bonito. No importa, este silencio ya es cómodo.

Tu silueta boca arriba antes de apagar la luz de la mesita de noche. Tu mano acercándose en la oscuridad buscando la mía. Anticipamos el siguiente movimiento del otro: estirar el brazo es invitarte a apoyarte en mi pecho, levantar la barbilla es invitarte a darme un beso más. Es nuestro propio sistema de comunicación al margen de las palabras.

No queda nada por aclarar, sólo amor por explotar. Como en aquella larga escena de nuestra primera peli en que los protagonistas no dicen nada. La complicidad entre ellos llena la pantalla y sobran los diálogos. Sus ojos pueden transmitir mucho más que lo que sus voces podrían. A veces una sola sonrisa puede tumbar mil te quieros.

1 comentario:

Alex Pler dijo...

Ai <3

Vull sentir AIXÒ.